miércoles, 8 de marzo de 2017

UNA LUCHADORA


   Hoy 8 de Marzo, día de la mujer trabajadora quiero rendir un pequeño homenaje a una mujer de mi familia, mi bisabuela Cándida que hace 2 meses nos dejó para siempre.

Nació en 1934 en el corazón de una familia muy humilde, fue la mayor de cuatro hermanos y apenas asistió al colegio, solo para hacer la  primera comunión para aprender a leer y escribir lo justo.
Con apenas siete años la pusieron a cuidar de sus hermanos ya que sus padres tenían que trabajar.
Siendo apenas una niña iba a recoger aceitunas y bellotas con los propietarios de los olivares, donde
le pagaban por kilos. Al ser tan pequeña nadie quería ser su pareja, a pesar de ello consiguió ella sola reunir más kilos que los demás, con su esfuerzo y empeño.

Con unos catorce años entró de costurera de ropa para hombre en el taller en el que había bastantes jóvenes . también iban a las casas con su jefa para coser, pero al llegar de nuevo el frío invierno volvía a ir a recoger bellotas y aceitunas.
Pasaron los años y encontró el amor, un joven apuesto con el que al cabo de tres años se casó. Como no tenían dinero se quedaron a vivir con los padres de ella en una pequeña habitación.
Poco después nació su única hija la que es mi abuela, llamada María. Hasta que no tenía ocho años no pudieron mudarse a su casa, pagada con un gran esfuerzo y sacrificio. Mi bisabuela Cándida junto con su marido Elías comenzaron a trabajar en el campo siempre con "amos" y "aparceros" de los terrenos los cuales trabajaban de sol a sol.

Tras muchos años trabajando decidieron comprar unas vacas de leche y emprender una aventura como empresarios. Ahora tenían mucho más trabajo ya que mi bisabuelo Elías junto con mi bisabuela se levantaban de madrugada, para irse a los pinos. Mientras mi bisabuela se quedaba limpiándolo todo, ella era la encargada de llevar la leche en cántaras a la lechería del pueblo empujando un carrillo con tres ruedas. Además tras terminar se marchaba a casa para realizar las labores del hogar.

Con el paso de los años las vendieron y comenzaron a descansar, aunque precisamente no del todo ya que continuó ayudando a su hija para coger aceitunas y por supuesto para cuidar de sus dos nietos como una madre para ellos.
Hasta que montaron un bar en el que continuó ayudando y trabajando. Pero un mal día comenzó a sentirse cansada y cada vez más apagada, así durante dos años en los que sufrió mucho, pero siempre rodeada de su familia por lo que tanto sufrió y trabajó.

Desde estas letras mi homenaje a una luchadora nata.

                                                      Te quiero bisabuela Cándida.

2 comentarios:

  1. Muy bonita y entrañable tu historia Mª de Guía. Un gran homenaje a tu bisabuela. Te felicito. Un saludo.

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  2. Me ha encantado la historia de tu abuela, que en paz descanse.

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